Investigadores descubrieron que en una de las culturas que existió durante la Edad de Piedra los habitantes eran caníbales. Esta práctica se realizaba como un ritual para honrar a los muertos y deshacerse de sus cuerpos.
Este hallazgo se realizó después de que científicos del Museo de Historia Nacional de Londres, Gran Bretaña, analizaran un grupo de huesos humanos que presentaban marcas de mordeduras y que fueron descubiertos en casi 60 lugares distribuidos por toda Europa.
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Los restos humanos pertenecían a los magdalenienses, una de las primeras sociedades de cazadores y recolectores que se extendió por el antiguo continente. Según los expertos, el canibalismo era “una práctica funeraria habitual”, por lo que no se realizaba como una necesidad para sobrevivir.
“Interpretamos las pruebas arqueológicas de que el canibalismo se practicó en múltiples ocasiones en el noroeste de Europa durante un corto período de tiempo”, comentó Silvia Bello, paleoantropóloga del Museo de Historia Natural londinense.
Las pruebas del canibalismo en la Edad de Piedra
Para el estudio, los investigadores observaron restos humanos provenientes de 59 lugares de Europa donde se radicaron los magdalenienses, incluidos Inglaterra, España, Francia, Bélgica, Alemania, Polonia y Rusia.
Entre los sitios donde se encontraron pruebas de canibalismo se encuentra la cueva Courbett en Francia, la cueva Maszycka en Polonia, El Castillo de Estaña y el de Peterfles en Alemania, así como la cueva de Gough, donde se encontraron la mayor cantidad de restos.
De todos los lugares analizados, 13 mostraron evidencia de canibalismo, 10 de entierro y dos de ambos comportamientos. “Es una indicación de que tal comportamiento era parte de un ritual funerario entre los grupos magdalenienses”, sostuvo Bello.
Y agregó: “Esto en sí mismo es interesante, porque es la evidencia más antigua de canibalismo como práctica funeraria conocida hasta ahora”.
Los hallazgos sugieren que esta práctica era un “comportamiento compartido” en ese momento, por lo que no estaba restringido a un grupo “espantosamente atípico” que había decidido comerse los cadáveres de sus seres queridos.
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¿Cómo era la sociedad caníbal magdaleniense?
Los magdalenienses fueron una de las primeras culturas de cazadores y recolectores que habitaron Europa occidental durante la época que data entre 17.000 y 12.000 años atrás. Si bien el canibalismo era una práctica habitual en esta sociedad, no todos revelaron evidencia de comerse a sus muertos.
En algunos casos, los cuerpos eran enterrados con ofrendas y arte rupestre. Según la evidencia, los dos comportamientos funerarios se podían separar dependiendo de poblaciones genéticamente distintas.
Los yacimientos en los que se han encontrado evidencias de canibalismo muestran que las personas formaban parte de un grupo genético, denominado ‘GoyetQ2’, mientras que los entierros eran más habituales entre quienes pertenecían al grupo genético ‘Villabruna’.
Si bien ambos grupos convivieron en toda Europa al mismo tiempo, los individuos con ascendencia ‘GoyetQ2’ eran más comunes en la región que abarca la frontera franco-española.
Mientras que los individuos de ascendencia ‘Villabruna’ habitaban la región italo-balcánica, ubicada más al este. Esto sugiere que la práctica funeraria más convencional se extendió de este a oeste y gradualmente eliminó la práctica de comerse a los muertos.
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La cueva de Gough, el epicentro de los huesos mordidos
Se cree que los magdalenienses entraron a Gran Bretaña desde Bélgica y los Países Bajos hace 15.000 años, cuando las islas británicas todavía estaban conectadas con Europa continental.
Según el Museo de Historia Natural, un grupo de pobladores se dirigió a la cueva de Gough y se estableció allí. Actualmente, la cueva es famosa por albergar el esqueleto completo más antiguo de Gran Bretaña, que data de hace unos 10.000 años y que fue denominado “Hombre Cheddar”.
Además, en Gough también se descubrieron tres cráneos humanos manipulados en forma de copas y más de 100 fragmentos con cortes, roturas y marcas de masticación humana, algunos de los cuales se encuentran en el museo londinense.
RV / Gi